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Día de San Valentín y el origen de su historia

«En los sueños y en el amor no cabe lo imposible»
(Janos Arnay)

Esta fecha, ha adoptado distintos nombres, Día de San Valentín, Día de los enamorados o Día del amor y la amistad, San Valent´´in, pero ¿cuál es el origen de esta celebración tan particular?

El día de San Valentín parece colocado en el calendario de manera estratégica, de manera de que nadie tenga excusa para dejar de comprar tras la Navidad, el día de Reyes y antes de los Carnavales y de Semana Santa. El día de San Valentin, también conocido como el Día de los Enamorados, el 14 de febrero, es una jornada en la que millones de parejas de todo el mundo se regalan flores y se escriben frases jurándose amor eterno. Sin embargo su origen no está muy claro.

Algunos historiadores sitúan el origen de la fiesta de San Valentín en la antigua Roma, en la celebración de las lupercales, también llamadas lupercalia. Estas se celebraban ante diem XV Kalendas Martias, lo que equivalía al 15 de febrero. Supuestamente la palabra deriva de lupus (lobo) un animal que representaba al dios Fauno, que tomó el sobrenombre de Luperco, y de hircus, por el macho cabrío, un animal impuro. Los acólitos se reunían en una cueva sagrada y, siguiendo la tradición, el sacerdote sacrificaba una cabra y, a continuación, los niños salían a la calle para azotar a las mujeres con la piel de los animales para incentivar su fertilidad.

Otra teoría remonta el origen de San Valentín a una fiesta romana llamada Juno Februata, en la cual era costumbre que los jóvenes varones escogieran el nombre de su pareja durante esos días extrayendo de una caja un papel con el nombre de la muchacha en cuestión. Estas uniones sexuales temporales a veces acababan en matrimonios duraderos.

Origen del personaje de Valentin

Pero el origen de la historia del personaje de Valentín se sitúa en la Roma del siglo III, cuando el cristianismo comenzaba a extenderse. En esos momentos gobernaba el emperador Claudio II el Gótico, que promulgó una ley por la cual prohibía casarse a los jóvenes para que pudieran alistarse en el ejército. Al no estar de acuerdo con dicha ley, un joven sacerdote llamado Valentín decidió desafiar la prohibición del emperador y empezó a celebrar matrimonios en secreto entre jóvenes enamorados, además de lograr que muchos se convirtieran al cristianismo y asistir a los presos antes de ser torturados y ejecutados.

Tras ser descubierto, Valentín fue arrestado y confinado en una mazmorra, donde el oficial encargado de su custodia le retó a devolverle la vista a su hija Julia que había nacido ciega. El joven sacerdote aceptó el reto y en nombre de Dios devolvió la vista a la joven, con lo cual logró que el oficial y toda su familia se convirtieran al cristianismo. A pesar del milagro, Valentín siguió preso, y el 14 de febrero del año 269 fue lapidado y decapitado. La leyenda cuenta que Valentín, enamorado de Julia, envió una nota de despedida a la muchacha en la que firmaba: «De tu Valentín», de ahí la expresión anglosajona con la que se firman las cartas de amor: «From your Valentine». Julia, agradecida, plantó un almendro que dio hermosas flores rosadas junto a la tumba de su amado, de ahí el simbolismo de este árbol para expresar el amor y la amistad duraderos.

Al final, la leyenda unida al consumismo ha vencido al silencio con el que la Iglesia quiso postergar a San Valentín. El imaginario y la tradición populares han unido sus fuerzas para convertir la celebración oficiosa de San Valentín el día de los Enamorados. Dicen que el amor es el motor que mueve el mundo así que… ¡Feliz Día de los Enamorados!