El ají ‘Cachucha es uno de los ingredientes más apreciados en la cocina cubana por su presencia, color y aroma.
Arbusto entre 1.0-1.20 metros de altura en dependencia de la fertilidad y tipo de suelo. Los frutos maduros son de color naranja, de 4 – 6 cm de longitud y entre 2-3 cm de diámetro; su peso oscila entre 6 y 12 gramos y llegan a producir entre 30-52 semillas/fruto.
Son muy aromáticos y sabor característico de los ajíes tipo cachucha, pero con un picante delicado.
El ají es oriundo de América, muchos son los tipos que existen, hasta el ornamental. Podemos encontrar diferentes y variados sabores, color, olor y picor. Los aborígenes de la Isla lo usaban para hacer un caldo que servía para mojar el casabe, llamándole ají, ji.
A muchas personas le gusta en los potajes, a los que aporta un sabor delicioso. Y en los frijoles negros, ni hablar.
Muchos son los modos de hacer los frijoles, sobre todo los negros. Es el grano más dócil, pues con pocos elementos, pero bien hechos, son deliciosos, ya sea dormidos o más caldosos. En el caso de otros potajes como los colorados o los blancos, sí requieren un poco más de ingredientes, pero se pueden hacer de todas formas, dependiendo de la pericia del cocinero.
¿Cómo conservar el ají cachucha?
La receta es bien sencilla: lava los ajíes, quítale las semillas, ponlos a secar al sol y cuando ya estén secos (se sabe porque se ponen crujientes) los mueles y haces el polvo. También se pueden batir.
Esta es otra forma de conservar los ajíes y les adelanto que queda muy rico: corta el ají y sácale las semillas, hiérvelos y pásalos por la batidora, luego lo cuelas y lo punes al fogón nuevamente para que espese. Cuando ya esté lo vacías en un recipiente y le agregas un poquito de aceite.